La pertinencia del conocimiento
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Ofrecer a los educandos una educación de calidad que les brinde los
conocimientos y las competencias para insertarse exitosamente en la sociedad y
el mundo del trabajo, es la aspiración oficial de la educación en Honduras.
Bajo ese discurso desde 1821 cuando surge formalmente la generalización pública
de la enseñanza se ha hecho enormes esfuerzos para educar a los pueblos. Pero
educarlos ¿en qué, para qué y para quién? Hablamos de la educación pertinente la cual enfatiza un problema severo que a razón
de imponer un cierto estilo de vida, de conocimiento, de religión y de ciencia se
ha ignorado por demasiado tiempo la significancia del conocimiento para el
individuo que aprende, condicionando el servicio público de la educación a lo
que creemos o nos dijeron que era pertinente que enseñemos.
Cuántos de nosotros salimos alguna vez de la clase de pre-calculo preguntándonos
¿para que nos servirá aprender acerca de la función cuadrática? Decimos entonces
que la educación es pertinente cuando es congruente, acertada, adecuada, apta,
eficaz, conveniente, coherente a las condiciones necesidades sociales y a las
características concretas de los educandos en sus diversos entornos naturales y
sociales de interacción.
Por lo tanto según Edgar Morin en
su inspirador texto “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro ”
plantea que la educación debe promover un conocimiento que aborde los problemas
globales y una vez comprendidos y fundamentados debe atender los conocimientos locales
desarrollando una actitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas
esas informaciones en un contexto y en un conjunto, además de ello es necesario
enseñar los métodos que permitan aprender las relaciones mutuas y las
influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo.
En este sentido el reto para el docentes es lograra darle significancia
y valor factico y cotidiano a lo que queremos enseñar de tal manera que es
preciso desarrollar la actitud natural de la mente de nuestros estudiantes a
fin de orientar todas esas informaciones en un contexto y un conjunto.
Finalmente mencionaré que uno de los factores convencionalizados para
determinar la calidad de la educación es
la pertinencia social e individual de los saberes que se imparten. Por lo tanto
nuestros pueblos para sus niños y jóvenes exigen educación de calidad porque confían
que la educación les garantiza una mejor calidad de vida.